La nomofobia
La nomofobia ha sido llamada «la enfermedad del siglo XXI», aunque no ha sido categorizada por la medicina como una enfermedad real. ¿Podría la nomofobia ser un problema en tu vida?
¿Te ha sucedido que al salir de casa te das cuenta de que no te has llevado tu Smartphone, y tienes que regresar a buscarlo? ¿Sientes una angustia incontrolable si te quedas sin batería estando en la calle? ¿Eres esa detestable persona con la pantalla de su teléfono móvil encendida durante una película en el cine? Posiblemente padezcas de nomofobia.
La nomofobia, término proveniente de la expresión inglesa ‘no-mobile-phone-phobia’, es el miedo irracional a no tener teléfono móvil, generando una profunda sensación de incomunicación que está directamente relacionada con la adicción a la información que caracteriza la era moderna. La posibilidad omnipresente de estar informados de todo cuanto ocurre de manera simultánea puede generar ansiedad de saber que, en todo momento, estamos perdiéndonos de algo: por más que tengamos el mundo entero en la punta de los dedos, no es posible atraparlo todo al mismo tiempo.
El estudio ‘The World Unplugged’ del International Center for Media and Public Affairs, en el cual se pidió a 1.000 estudiantes de diez países distintos que se desconectaran por 24 horas de cualquier dispositivo electrónico o medio de comunicación, dio como resultado una serie de síntomas, desde depresión hasta la sensación de amputación, soledad y aburrimiento. Por otra parte, un estudio sobre la nomofobia hecho en el Reino Unido señaló que la separación del móvil en personas aquejadas de nomofobia podía causar síntomas como ansiedad, taquicardia, pensamientos obsesivos, y dolor de cabeza y estómago.
¿Cuáles son las causas de la nomofobia?
Entre las causas de la nomofobia se encuentran una baja autoestima (reflejada en la necesidad de estar en contacto constante con otras personas y la consiguiente fobia a la soledad o al aislamiento), un perfeccionismo excesivo (reflejado en la ansiedad de pensar que hay algo que deberías estar haciendo y no lo estás haciendo), y más comúnmente, el llamado FOMO (por las siglas en inglés de fear of missing out, el miedo de estar perdiéndote de algo). El «FOMO» es una forma de ansiedad social causada por la preocupación constante de perderse una oportunidad, y está asociado con tecnologías modernas y con redes sociales como Facebook y Twitter, generando una dependencia sicológica a estar constantemente en línea.
Ahora bien, no se trata de caer en el patrón hipocondríaco de creerse adicto sólo porque pasamos gran parte del día conectados: Internet se ha vuelto omnipresente, y pretender llevar una vida de «desconexión» es, para muchos de nosotros, simplemente impráctico. Del mismo modo que cualquier otra actividad, el uso de tecnologías sólo puede considerarse «adictivo» o «patológico» si interfiere en tu capacidad de llevar una vida normal y realizar otras actividades. Digamos, es razonable pensar que tienes un problema si tu primer impulso al ver que tu edificio está en llamas es tomar una fotografía y publicarla en Twitter, y luego evacuar el edificio.
Nota Final: Ya tengo mi cargador portátil, para coche, el de casa, saldo en mi Smartphone, lo llevo en su estuche, con cadena reforzada enganchada en la muñeca. Ok ahora si contesto tweets.

Por: Ricardo Morales Project Manager CyMD